Deberes de los esposos

¿Cómo que la ley me impone deberes, si yo hago lo que yo quiera en mi casa? Pues sí, tiene razón, el rey es dueño de su castillo, pero eso no quita que el gobierno quiera regular la institución del matrimonio. En Puerto Rico, se considera que la base de la familia es el matrimonio entre un hombre y una mujer. Por tanto, el Estado tiene interés en que los matrimonios sean exitosos y los esposos permanezcan unidos. Para esto, existen en la ley algunos deberes y obligaciones que ayudan a la convivencia matrimonial.

En nuestro país, la ley requiere que los esposos se protejan entre sí, se guarden fidelidad, satisfagan las necesidades del otro y se socorran mutuamente. Por ejemplo, si usted decide casarse, el Estado no ve con buenos ojos que tenga una aventura amorosa fuera de su matrimonio. De igual manera, se espera que ambos cónyuges velen por su mutuo bienestar, que no es otra cosa que cuidarse durante la enfermedad, guardarse un grado de respeto adecuado y nunca recurrir a la violencia, ni física ni emocional. Asimismo, se les requiere que vivan juntos bajo el mismo techo y se pongan de acuerdo en dónde se establecerá el hogar conyugal.

Cuando se incumple con estos deberes, la conducta que afecte la armonía matrimonial podría constituir una causal de divorcio. Por eso, existen causales de divorcio para estas situaciones. Por ejemplo, si tiene una aventura amorosa con otra persona la ley provee la causal de adulterio, si comete violencia doméstica existe la causal de trato cruel y si no conviven bajo el mismo techo se podría decretar un divorcio por separación o abandono del hogar.